
Una estancia especial en el Burren
Hazelwood Lodge es mucho más que un lugar donde dormir. Es una experiencia formada por anfitriones que se preocupan de verdad. Victor y Geraldine se han forjado una reputación no sólo por su hospitalidad, sino por su ojo para el detalle. Desde las elegantes y espaciosas habitaciones hasta los desayunos cuidadosamente preparados, todo está pensado para que se sienta como en casa.
El Burren es uno de los paisajes más insólitos e impresionantes de Irlanda. Esta región cárstica del norte de Clare es famosa por sus terrazas de piedra caliza gris, sus antiguas tumbas y una sorprendente variedad de flores silvestres. Aquí conviven plantas alpinas, árticas y mediterráneas, lo que lo convierte en el sueño de cualquier botánico y en un lugar impresionante para explorar en primavera y verano.
Ballyvaughan y el espíritu de Clare
Ballyvaughan fue antaño un bullicioso puerto, conocido por la exportación de turba y pescado. Hoy es un pueblo tranquilo y acogedor que aún conserva ecos de su pasado. Puede pasear hasta el puerto, echar un vistazo a las tiendas locales o disfrutar de una relajada pinta en uno de los pubs cercanos. Los fines de semana se instala un pequeño mercado de agricultores con productos frescos, artesanía local y delicias caseras.
Para quienes sientan curiosidad por el pasado más profundo de la zona, el Burren está repleto de yacimientos antiguos. La abadía de Corcomroe, a sólo unos minutos, es un monasterio del siglo XIII rodeado de colinas y vacas pastando. La cueva de Aillwee ofrece aventuras subterráneas y un centro de aves rapaces, y el paseo de Flaggy Shore es uno de los favoritos de los lugareños, con vistas a la bahía de Galway y a las colinas de Connemara.
Aquí los cielos nocturnos son extraordinariamente claros. Salga al anochecer y mire hacia arriba: el Burren es un lugar fantástico para observar las estrellas, sobre todo en las noches sin luna.