
Donde la grandeza inglesa se encuentra con la tierra irlandesa
Construido en la década de 1560 por Thomas Butler, décimo conde de Ormond, el castillo de Ormond no se diseñó como una fortaleza, sino como una lujosa casa solariega. Thomas había pasado un tiempo en la corte de la reina Isabel I y quería traer a casa un poco de ese refinado estilo renacentista. ¿El resultado? Una hermosa mezcla de piedra irlandesa y estilo inglés, y el único ejemplo de este tipo que se conserva en Irlanda.
Lo que distingue al castillo de Ormond es que refleja una época de paz, poco habitual en los castillos irlandeses. Con sus grandes ajimeces, sus elegantes yeserías y sus chimeneas decorativas, era una casa destinada a impresionar, no a defender.
Una conexión personal con la Reina
Hay una fascinante leyenda en torno a Thomas Butler: era primo de la reina Isabel I, y su relación no era sólo política. Algunos dicen que pudo haber sido considerado como pretendiente, aunque el matrimonio nunca llegó a producirse. Aun así, el afecto era genuino, y se dice que Thomas construyó el castillo de Ormond en su honor. Las yeserías de la Galería Larga muestran incluso la rosa de los Tudor y otros símbolos reales.
Cosas que ver y hacer
Realice una visita guiada por las salas y aposentos del castillo, incluida la impresionante Galería Larga, con su techo de estuco ornamentado, una rareza arquitectónica en Irlanda. Los paneles de la exposición le guiarán a través de la historia de los Butler y sus conexiones reales.
También se pueden ver restos de estructuras medievales anteriores, lo que da una idea de la evolución de este lugar a lo largo de los siglos.
Consejos prácticos para viajeros
El castillo de Ormond se encuentra a un corto paseo del centro de Carrick-on-Suir. Las visitas guiadas están incluidas en la entrada y merece la pena realizarlas, sobre todo si quiere descubrir todos los símbolos e historias ocultos grabados en las paredes y techos.
El castillo abre por temporadas, así que infórmese con antelación de los horarios de apertura, sobre todo si va a visitarlo fuera de los meses de verano.
Tras la visita, diríjase a la ciudad para pasear junto al río Suir. El paseo junto al río ofrece unas vistas preciosas y una forma tranquila de reflexionar sobre el rico trozo de historia que acabas de recorrer en el castillo de Ormond.