
Carrigafoyle Castle
Una torre construida para el poder
El castillo de Carrigafoyle fue construido a finales del siglo XV por el clan O'Connor de Kerry, una poderosa familia gaélica con profundas raíces en la región. Diseñada como una casa-torre defensiva, la estructura mide casi 30 metros de altura y estuvo rodeada de agua por todos lados: su nombre significa "roca del agujero", probablemente en referencia a una cueva marina o ensenada natural cercana.
Su posición estratégica en el estuario del Shannon le permitía controlar importantes rutas marítimas. Su diseño era a la vez elegante y formidable, con gruesos muros, estrechas escaleras de caracol y aspilleras para la defensa. El castillo también tenía un puente levadizo y una muralla que rodeaba el recinto, todo ello diseñado para proteger a los O'Connor y a sus aliados.
Un asedio para recordar
El momento más dramático de Carrigafoyle se produjo durante la Segunda Rebelión de Desmond en 1580, cuando fue sitiado por las fuerzas inglesas al mando de Sir William Pelham. Los defensores, entre los que se encontraban tropas irlandesas, españolas e italianas leales a la causa católica, resistieron durante dos días antes de que los cañones abrieran una brecha en el castillo. Las secuelas fueron brutales, y el castillo quedó en ruinas, para nunca ser completamente restaurado.
Hoy en día, el enorme agujero en el muro oriental sigue siendo testigo de aquel violento enfrentamiento.
Explorar las ruinas
Subir a la cima del castillo de Carrigafoyle no es apto para pusilánimes, pero el esfuerzo merece la pena. A medida que se asciende por las estrechas escaleras, cada nivel se abre con pistas sobre la vida medieval: habitaciones abovedadas, chimeneas e incluso rendijas para arqueros. Desde la azotea, las vistas panorámicas del estuario del Shannon son impresionantes: marismas, mar y cielo.
Aunque el castillo no está vigilado y se puede explorar libremente, su estructura está sorprendentemente intacta, lo que da a los visitantes una vívida sensación de su escala y propósito originales.
Consejos prácticos
Carrigafoyle está a unos 4 km al oeste de Ballylongford, y la señalización desde el pueblo le llevará directamente hasta él. Hay una pequeña zona de aparcamiento cerca del yacimiento y el camino hasta la entrada es corto pero irregular, por lo que es imprescindible llevar buen calzado. Al tratarse de un lugar no guiado, no hay instalaciones para visitantes, así que prepárese en consecuencia.
Planifique su visita para cuando baje la marea: podrá ver los restos de las antiguas murallas del puerto y posiblemente algunas aves marinas buscando comida en las inmediaciones. Es un lugar tranquilo y contemplativo, perfecto para quienes disfrutan de los castillos con atmósfera e historias grabadas en piedra.